Barrera Osorio, Abelardo

Abelardo Barrera Osorio (1900-1972) fue maestro, historiador, poeta y periodista. Nació en Tizimín y falleció en Mérida. Ejerció como profesor en poblaciones de Yucatán. Entre sus libros figuran “Próceres yucatecos” (1943-1945), “Mérida Colonial” (1961), “El padre Velázquez” (1963) y los libros de versos “X’ailes” (1963) y “Poemas de la noche azul” (1942). Fue miembro distinguido de la masonería en Yucatán con el grado 33 y dirigió la revista “Acción Masónica”. Colaboró y fue redactor por muchos años del Diario del Sureste[1].

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SELECCIÓN DE ANTOLOGÍA DE POETAS DE YUCATÁN[2]

Romance de Luna Nueva

Romance de luna nueva:

bajo el fulgor de unos ojos,

florecimiento de nardos

enjoyará mis otoños.

Hubo ayer, en el menguante,

un cantar cruel de abandono,

y un eclipse de fulgores

con rumbo a cielos ignotos.

¿A qué nadir condujiste

tu bajel de albos contornos?

Mi corazón quedó en tierra

¡y él siempre fue tu piloto!

Luna de ayer, luna triste:

tras plenilunio, un tramonto

para llenarme de sombras,

y de lágrimas los ojos.

Al fugarte a los antípodas

no hubo lunas en mi rostro.

Un horizonte escarlata

sangró de luceros rotos.

Romance de luna nueva:

cantar de un amor remoto

que entre dos alas pretéritas

urde de nuevo sus ortos.

La campana del vigía

da señales de alborozo:

en mi alma suena esa esquila,

ayer en silencios hondos.

Emprora tu nave al puerto

y ancla tu barca en mi ponto.

La cadena de mis brazos

dará al áncora su aplomo.

¿Traes bagaje de lágrimas?

Yo he de trocarlas en oro

con la alquimia de mis besos

y la magia de mi gozo.

Has vuelto bajo la noche

siempre musical del trópico,

para encender mis estrellas

y ser fuego en mis rescoldos.

Pasa de nuevo a mi tienda:

te ofrezco mi vino rojo

hecho con zumo de ausencias

y la linfa de mis ojos.

Ancla en el agua tranquila

de este viaje sin retorno.

Romance de luna nueva:

¡Primavera en mis otoños!

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Crítica Literaria

“Tiene Abelardo Barrera Osorio un singular dominio del difícil género del romance, que tanto había decaído y tan plebeyamente se había desfigurado hasta que el genial Federico García Lorca vino a restaurarlo, a ennoblecerlo y a elevarlo nuevamente al trono en que reinó el romance durante varios siglos en la literatura española. Por eso hallamos que nuestros romanceros americanos fácilmente, unos más que otros, incurren en ese no sé qué de raro y sabroso que tienen los romances del gitano (…) “El sueño del amor imposible” es una guirnalda de nueve estrofillas octosílabas, cada una de las cuales parece poseer vida aislada, al modo de cantarcillos sevillanos, “seguidillas” o “soleares”. Más adelante, Barrera Osorio cae en un estado de ánimo filosófico, de filósofo causalista que, además, exalta la ley del Amor en sus poemas “Vida interior” y “Prismas” (…) Después de hablar en voz baja, amablemente, en gran parte de su libro, se levanta para cantar con mayor voz en algunos poemas fuertes, tal el que presenta triunfalmente al indio maya el fruto de la Revolución Mexicana, en su bello poema lírico “Deprecación al indio de mi tierra”(…) Y tales también: “Madre América”, “Sembradores”, “Cincel”, “Tenochtitlán” y el “Sueño de la nueva vida”, que es un hermoso poema de esperanza en un mundo mejor, por nuevos derroteros, después de la Gran Guerra (Enciclopedia Yucatanense, Segunda Edición. Tomo V. Gobierno de Yucatán. México, 1977. Pp.606-609).



[1] Diccionario de escritores de Yucatán. Peniche Barrera, Roldán y Gaspar Gómez Chacón. Compañía Editorial de la Península, S.A de C.V. México, 2003. P. 34.

[2] Antología de Poetas de Yucatán. Selección de José Esquivel Pren y Filiberto Burgos Jiménez. Tomo III, Nº 1. Nueva Cultura. México, 1946. Pp. 153-155.