Góngora Pacheco, María Luisa

Es una de las más relevantes escritoras entre los mayas actuales. Ha impulsado en la región de Oxkutzcab numerosas actividades relacionadas con la cultura maya tanto en el ámbito del idioma como en los de la medicina tradicional y la investigación histórica. En 1984 publicó en el estado de Yucatán Jo‘op’óol baaxalo’ob (Cinco cuentos infantiles) (Mérida: DGCP). En la primera serie de la Colección Letras Mayas Contemporáneas (C. Montemayor, coord. de la colección) publicó U tzikbalilo’ob Oxkutzcab yéetel Maní (vol. 3; México, D. F.: INI/ SEDESOL/TRF, 1993) y Cuentos de Oxkutzcab y Maní (vol. 4; México, D. F.: INI/SEDESOL/TRF, 1993) y fue coautora de Yum Santísima Kruuz Tuunil Xocén (vol. 25; México, D. F.: INI/SEDESOL/TRF, 1993) y de Yum Santísima Cruz Tun (vol. 26; México, D. F.: INI/SEDESOL/TRF, 1993). En la tercera serie de la misma colección publicó Chan Mosón/ Pequeño remolino (vol. 11; México, D. F.: INI/TRF, 1998)[1].

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SELECCIÓN DE LOS NUEVOS CANTOS DE LA CEIBA[2]

LA POBREZA

El señor Aurelio Zumárraga cuenta que hubo una vez cierta viejita cuyo nombre era Pobreza y que vivía en las afueras de la población. En la puerta de su casa había sembrado una mata de huaya (Talisa olivaeformis: huaya es la españolización de la voz maya wayúum, árbol de la península de Yucatán y de varias regiones de Tabasco y Chiapas. Puede medir hasta 20 metros y produce un fruto esférico de 2 a 4 centímetros, comestible) y esta le daba frutos todo el año. Lo que le molestaba a la viejita es que aquel que veía el fruto le daban ganas de comérselo y sin pedirle permiso se subía a la mata y se anolaba (Los mayas suelen mantener en la boca mucho tiempo, entre el paladar y la lengua, sin masticar, la semilla interior del fruto de la huaya como dulce o juego. Le llaman a esa acción anolar, del verbo maya nóol, ‘jugar con un objeto en la boca’) las huayas.

Un día, cuando la viejita llegó al centro del poblado, vio que un viejito pedía limosna, pedía aunque sea le dieran algo de comer en vez de unas monedas, pero nadie lo tomaba en cuenta. A la viejita le dio pena verlo en ese estado tan lastimoso y se lo llevó a su casa para darle de almorzar. Cuando el hombrecito terminó de comer, le dijo a la viejita:

-Ahora que ya comí lo que me diste, pídeme lo que quieras, que yo puedo concedértelo.

-Buen hombre –dijo la viejita-, lo único que quiero es que le digas a la huaya que no deje bajar al que suba a sus ramas, hasta que yo lo mande.

-¡Que se cumpla lo que pides!-contestó el viejito, y se fue satisfecho.

La viejita quedó muy complacida al ver que se cumplía la promesa del viejito.

Pasaron muchos años y un día llegó con la viejita el señor de la Muerte, quien le ordenó:

-Ya es tiempo de que vengas conmigo, vieja Pobreza, por eso te vine a buscar.

Ella pensó rápidamente la forma de deshacerse de la Muerte y le dijo:

-Me voy contigo, pero primero quiero que bajes unas huayas para que yo anole.

-Bien, enseguida lo haré- contestó la Muerte.

Se dirigieron al árbol y ya debajo, la viejita le dijo a la Muerte:

-Sube hasta allá en lo más alto, ahí se encuentran las más grandes y hermosas huayas, de esas quiero.

La muerte, muy segura de sí misma, trepó a la mata, pero no pudo bajarse.

La Pobreza, al ver lo que sucedía, se metió a su casa y se desentendió de todo.

Así pasaron muchos años y la Muerte no llegaba a nadie, aunque se enfermara la persona. Los doctores veían con asombro que la viejita Pobreza no moría aun buscando alguna manera de hacerlo.

Un día, uno de los doctores fue a la casa de la viejita y lo primero que vio fue la mata llena de frutos; se subió para comer algunos y no pudo bajar. En las ramas encontró al señor de la Muerte y le preguntó:

-¿Qué haces aquí? Todos te andan buscando, pues ya quieren morirse y tú no llegas para llevártelos.

-Mira, lo que pasó fue que esa mentecata viejita de la casa me fregó, pues vine a buscarla y la muy taimada me dijo que se iría conmigo, pero antes le bajara unas cuantas huayas. Al subir no pude bajarme y aquí me tienes, y todo aquel que se sube, se queda y hasta tú te quedarás- contestó la Muerte.

-Entonces, a eso se debe que no mueran las personas –dijo el doctor-. Lo que debemos hacer es bajar. –Y empezó a gritar- ¡Vengan aquí, vengan aquí, la Muerte está en mi poder, vengan a verla!

Fue tanto lo que gritó y tan fuerte, que la gente de la población se reunió debajo del árbol.

-Bajen- le decían.

-No podemos, todo el que se sube se queda aquí- contestó el doctor.

Entonces la gente acordó cortar el árbol para que bajaran el doctor y la Muerte.

Cuando iban a comenzar, se asomó la viejita Pobreza.

-¿Qué pretenden hacer? Si quieren bajar a los que están en la mata de huaya, ¿por qué no me lo dicen?

-Discúlpenos- dijeron los ahí reunidos.

La vieja Pobreza se volvió hacia el árbol y le dijo:

-¡Deja que todos bajen!

Cuando todos bajaron, el señor de la Muerte le dijo:

-Vieja Pobreza, por no dejarme bajar del árbol, ahora tengo mucho trabajo y no te puedo llevar, otro día será.

Se fue el señor de la Muerte y la Pobreza se quedó en la tierra. Por eso hasta ahora la tenemos con nosotros.

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SELECCIÓN DE YUM SANTÍSIMA CRUZ TUN[3]

LA SANTÍSIMA CRUZ DE PIEDRA DE XOCÉN, CENTRO DEL MUNDO

-El Dios del cielo la puso para que fuera el amanecer del mundo.

Así lo explicaron los señores antepasados que encontraron a la Santísima Cruz de Piedra. Los antiguos decían que el lugar donde la vemos actualmente es el mismo sitio donde la encontraron por primera vez, ya que Dios así lo quiso.

Se cuenta que uno de los hombres que poblaron por vez primera Xocén la encontró. Este chapeaba en el monte para hacer un camino y encontrar una explanada de tierra roja, buena y fértil, cuando de repente vio la enorme piedra con la forma de cruz. Rápidamente fue a decirlo a los habitantes del pueblo. Apenas se supo, mucha gente quiso comprobar lo que el hombre decía y grande fue la sorpresa de encontrar en el lugar la Santa Cruz de Piedra.

Pensaron primero que era la señal de un pueblo viejo y que era el Dios de la fauna y la flora, porque los antiguos contaron que por el lado derecho de la Santa Cruz había una “sarteneja” o recipiente de agua natural y que también había un árbol de chakaj. Se veían allí las huellas de los animales del monte que acudían a la sarteneja a saciar su sed, porque alrededor estaba limpiecito. Cuentan que el agua de la sarteneja nunca se secaba, aun en tiempo de sequía.

Pensaron, pues, que era el dios de la fauna y la flora, pero que también era el Dueño o Señor del pueblo, porque tenía forma de Cruz.

Alrededor de la Cruz de Piedra, en el espacio de un metro, estaba limpio de huellas, como si los hombres no hubieran estado allí antes. Por esa razón los sacerdotes mayas dijeron que era también nuestro Dios.

Los ancianos contaron que la Santísima Cruz de Piedra hablaba con el Padre Eterno que vive en los cielos, porque cerca de ella, sin que nadie hubiera allí, se escuchaban voces de hombres, dulces cantos de pájaros y rezos. Por eso pensaron que no sólo era una piedra la Santa Cruz, porque hacía milagros.

Un buen día uno de los ancianos y sabios del pueblo le dijo a todos los de Xocén:

-Compañeros, adoremos a la Santísima Cruz porque es nuestro señor. No sólo es el Señor de los montes y de los animales, es nuestro Dios.

Por la forma en que les habló ese anciano empezaron a adorar a la Santa Cruz de Piedra. Comenzaron a pedirle que llevara ante Dios sus súplicas para que mandara la lluvia y se regaran las milpas y tuvieran mucho maíz y todo lo que sembraran.

Así comenzaron a elevar sus peticiones. Y vieron realizados sus deseos porque se oyeron truenos y comenzó a caer la lluvia. Entonces se dieron cuenta que rogando a la deidad con todo corazón y sin malicia de ninguna clase se les concedía lo que pidieran.

Por eso, actualmente, cuando los sacerdotes mayas celebran la ceremonia de Ch’a Cháak o pedimento de lluvia, también deben invocar el nombre de la Santa Cruz Tun.

Los antepasados contaban que junto a la Santísima Cruz Tun había un testamento escrito en lengua maya que tenía un grosor y anchura de cerca de un metro. Dicen que no fue escrito por hombre alguno, pues las hojas de este libro se volteaban solas y si alguien por curiosidad pretendía hacerlo le salía sangre al libro, porque dicen que estaba vivo.

En el testamento estaba escrito la historia del pueblo de Xocén y el origen de la Santísima Cruz Tun. También podía leerse en él cómo sería el fin del mundo y que el hombre, al llegar esos días, tendría que buscar con mucha dificultad su alimento para sobrevivir junto con sus hijos y sus animales, ya que trabajar la tierra será muy difícil, pues no producirá alimentos.

También está allí escrito la forma de rogarle a Dios Santísima Cruz Tun y que ella llevará ante Dios Padre las rogativas de sus hijos. También estaba dicho ahí que si se apresuraban a adorar a la Santísima Cruz Tun tendrían buenas cosechas en las milpas.

En el testamento está escrito la verdadera historia de Xocén y su verdadero nombre, que es “Santa María Xocén cenote del pueblo inclinado”. Se dice que se le puso este nombre tal vez por el cenote que está en la plaza y que está muy inclinado; antes no tenía nada a su alrededor, pero ahora hasta brocal tiene.

En el testamento se dice que la Santa Cruz es una deidad Itzá Santo, ya que es muy milagrosa. Si una persona pensara moverla de su sitio y la lastimara, no amanecería al día siguiente, porque se empezará a enfermar, le sucederá una desgracia y se morirá por su osadía. La Santa Cruz fue hecha de una sola pieza en ese lugar, para que nadie la pueda mover. Ella es la señal del Centro del Mundo y señala que allí es el centro de la gloria del Padre de Dios.

Cuando los hijos de este pueblo se acercan a rogarle a la Santísima Cruz Tun, ella lleva el mensaje al Padre Eterno con su sagrado poder. Para rogar es necesario hacerlo con mucha devoción y confianza, ya que la duda mata la fe.

Los antepasados decían que Xocén es el centro del mundo porque así lo leyeron en el testamento, y que allí Dios Padre bendijo al mundo. También decía el testamento que la Santísima Cruz Tun es tres personas y lugar de la gracia, porque allí está la virtud de la vida. Por eso se dice que el pueblo de Xocén es sagrado, pues cuenta con la Santa Cruz y todo lo que se le pida con fe se concederá.

También cuentan que antes nadie iba al doctor, pues bastaba con pensar con mucha fe y pedirle la salud a la Santísima Cruz Tun y sanaban. La Cruz es muy milagrosa y esto que se dice es verídico.

Esta es la creencia del pueblo de Xocén.

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EL DÍA DE FIESTA DE LA SANTÍSIMA CRUZ DE PIEDRA

Esta es una pequeña descripción de la fiesta en honor de la Santísima Cruz Tuun que se celebra en el pueblo de Xocén.

Esta sagrada fiesta se celebra cada año los días 2 y 3 del mes de mayo.

El día 2 de mayo se inician las actividades de la fiesta con el rosario. Cuando acaba, se reparten chicharrones de cerdo entre la gente que se hubiera reunido ese día en la casa de la Santísima Cruz y la comida está a cargo de todos los interesados de la celebración.

En la noche se baila la vaquería que termina al amanecer del día 3, y durante ella se ejecuta la danza de la cabeza de cochino. Para esta danza una persona sostiene en un traste la cabeza del animal, ya horneada y adornada en el hocico con cigarros o pan, y también con un ramillete de trece tiras de colores para que bailen también trece personas girando trece veces a la derecha y trece veces a la izquierda. Tiene que efectuarse la danza a las puertas de la casa de la Santa Cruz.

También bailan la danza del Xtáan Uk’ul trece mujeres llamadas vaqueras, y al son de la música dan trece vueltas a la derecha y trece a la izquierda. En sus manos llevan unas rodajas con colgantes y le ponen una jícara con bebida baalche’. Las trece vueltas significan los doce apóstoles, y Jesucristo, y que entre los tres dioses hubo un solo Dios verdadero.

Durante todo el día de festejo se hacen peticiones, oraciones y novenarios para pedir salud a los de la familia. En Xocén la costumbre es que los hombres realizan los rezos y las mujeres que acuden a la fiesta sólo buscan un sitio dónde sentarse. Cuando el oficiante termina un misterio del rosario, se procede a entonar cantos a la Santísima Cruz Tuun. Cuando van a decir la gloria, hacen sonar una campanita y se santiguan. El salve lo rezan en latín o lo cantan.

En el día de fiesta se le da de comer a todo aquel que acuda; nadie se va de allí sin haber probado la rica comida del relleno.

Esta fiesta no se sabe cuándo ni quién la inició. Sólo se hace desde hace años y así persiste en la actualidad.

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LA FIESTA DE BOLÓN GRACIA

Esta fiesta se inicia el día 16 de febrero y acaba el día 20 del mismo mes.

Es una fiesta de los milperos en honor de la Santísima Cruz Tuun y lleva el nombre de Bolón Gracia por los novenarios que se efectúan durante la fiesta. Se le conoce también por el gremio de milperos.

Siempre se inicia con rezos en la casa de la Santísima Cruz Tuun. Terminado el rosario se reparte relleno que costean el o los interesados. Toda la ceremonia continúa de día y de noche.

En las noches, a un costado de la casa de la Santa Cruz, los sacerdotes mayas hacen la ceremonia del Xtúut Waaj para la alimentación del Dios Cháak. También se hace la danza de la cabeza de cochino con el ramillete y una botella de baalche’.

Esta fiesta es para pedir a Dios Padre que les conceda una buena siembra y una buena cosecha en todos los sembradíos. También le ruegan a la Santísima Cruz Tuun, a Yum Cháak (el regador) y a los otros Dioses.

Se desconoce cuándo comenzó esta fiesta tradicional; sólo se sabe que la hacían los antepasados y que ahora se sigue haciendo también en los pueblos de Tixkakal Guardia, Tihosuco, Xwilub y Chumpón.

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UNA BREVE HISTORIA DE LO QUE HIZO LA SANTÍSIMA CRUZ TUUN CUANDO LA GUERRA DE CASTAS EN EL AÑO DE 1847

Cansados los mayas de ser esclavos, vejados y maltratados, se levantaron en armas contra los españoles. Esto sucedió cuando los españoles mataron a Manuel Antonio Ay en la ciudad de Valladolid; al saberse de su muerte, se levantó la flama de la guerra. Los pueblos de Yucatán se unieron para pelear por la tierra que les pertenecía. Esta lucha estalló en la población de Pich.

Xocén no quedó atrás, porque allí estaba como guardián la Santísima Cruz Tuun, que quitaba el miedo a sus creyentes. A todo aquel que lo pidió, le fue concedido regresar a salvo, porque la Cruz es el Dios de los mayas y los cuidaba: cuando los iba a herir una bala, metía la mano y desviaba el proyectil.

Se cuenta que la Santa Cruz es un Dios batallador con su sagrado poder.

Así que cuando salían los hombres a pelear, primero acudían al santuario a rezar y pedir que no les pasara nada.

Pero los que no lo hacían así, olvidando a la Santísima Cruz Tuun, a la hora de la balacera morían.

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UN BREVE RELATO DE POR QUÉ SE LE LLAMA HASTA AHORA A LA SANTÍSIMA CRUZ TUUN TRES PERSONAS

Se dice que antiguamente, allí donde se encuentra la Santísima Cruz Tuun, se habían visto tres cruces. Eran los dos compañeros de la Santa Cruz Tuun. Una de ellas se le llamaba Juan de la Cruz Verde, porque su cuerpo era verde y era muy milagroso.

En ese tiempo, todo milpero que regresaba de su milpa y pasaba por la Cruz debía dejar tres frutos, ya que eran tres las divinidades. Se cuenta que la Cruz Verde era el hermano pequeño, la Cruz de en medio no se sabe cómo se llamaba y la mayor es la Santa Cruz Tuun, que existe hasta ahora.

Se cuenta que en los días de esas divinidades todo lo que sembraban producía. Por eso, si su cosecha era de chiles, tenía que dejar tres delante de la Cruz Verde; si traían elotes, tenían que dejar tres; hasta de la leña tenían que dejar tres rajas, porque si alguien no lo hacía, al poco de caminar caía muerto.

Si alguien tenía mucha necesidad de tomar lo que había dejado otra persona, tenía que arrodillarse y rezar para que no le cayera el castigo; de otro modo, caía muerto al poco de caminar.

El pueblo se dio cuenta de lo que sucedía cuando no se rezaba a las cruces y llamaron a los sacerdotes mayas para que descubrieran cuál de las cruces hacía que muriera la gente. Los sacerdotes consultaron con ellas y luego tomaron el acuerdo de quitar a dos cruces para que sólo se quedara la deidad Santísima Cruz Tuun, que no podían mover porque era una sola pieza.

De acuerdo con lo que pensaron, se llevaron las dos cruces y las encerraron en una gruta. Pero al día siguiente aparecieron de nuevo en su lugar. Se dice que regresaron por el poder que tenían. Entonces se volvieron a reunir los sacerdotes mayas y les preguntaron qué deseaban que hicieran para poderlas llevar a otro sitio. En sus sáastuunes, o piedras transparentes, vieron lo que las deidades querían: que encerraran con ellos todas las clases de semillas que sembrara la gente en sus milpas y además dinero.

Reunieron las semillas de maíz, pepita de calabaza, toda clase de semillas y una arroba de dinero. Luego los sacerdotes mayas rogaron a las deidades que les permitieran llevárselas. Se juntaron los trece sacerdotes, y con ellas la gente y nueve niños que sirvieron como ángeles. Rezaron nueve días con sus noches y entonces las movieron del lugar y las llevaron a la gruta, pero todos los que fueron nunca regresaron, allá murieron, porque se dice que pagaron su pecado de haber sacado a las deidades.

Todavía en el año de 1400 se hablaba de que existían tres cruces, como se leía en el testamento. El nombre de una era Juan de la Cruz Verde y el de la otra no se conocía; ambas desaparecieron y no se supo dónde quedaron. En la actualidad sólo está la Santísima Cruz Tuun.

También se cuenta que después de que se llevaron a las dos cruces, dejaron de darse buenas cosechas.

Por eso a la Santísima Cruz Tuun se le conoce como Santísima Cruz Tuun Tres Personas. Y está con el pueblo de Xocén y sus creyentes se acercan a pedirle confiados porque posee la virtud de la grandeza de la vida.

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Crítica Literaria

“María Luisa Góngora Pacheco se ubica directamente en una línea de continuidad narrativa que, uniéndose a la recuperación de un pasado, contribuye a su reproducción y restitución. Los procedimientos que ella utiliza en esta dirección son dos. Inicialmente, mediante la estructura discursiva que presenta en algunos de sus cuentos, se ubica como continuadora de la sabiduría milenaria que, existente en la tradición oral, encuentra su correlato en la vida comunitaria actual. Pero además, mediante la selección de determinadas temáticas se distingue de la tradición europea, a la vez que propone diversos sistemas valorativos que, emanados de la comunidad, propugnan por relecturas a determinados comportamientos propios de la vida social”.

Celia Esperanza Rosado Avilés

Oscar Ortega Arango

En red:

http://www.mayas.uady.mx/articulos/labios.html



[1] LOS NUEVOS CANTOS DE LA CEIBA, Antología de escritores mayas contemporáneos de la península de Yucatán. Montemayor, Carlos y Donald H. Frischmannn (editores), ICY, México, 2009. P. 101.

[2] LOS NUEVOS CANTOS DE LA CEIBA, Antología de escritores mayas contemporáneos de la península de Yucatán. Montemayor, Carlos y Donald H. Frischmannn (editores), ICY, México, 2009. Pp. 106-108.

[3] YUM SANTÍSIMA CRUZ TUN, Aban May, Benito; María Luisa Góngora Pacheco y Santiago Domínguez Aké. Colección Letras Mayas Contemporáneas, INI/SEDESOL, México, 1994. Pp. 11-21.