Roche Canto Conrado

ROCHE CANTO, CONRADO
(23 Febrero de 1904 – 19 Junio de 1998)

Poeta. En su juventud vive en la ciudad de México y trabaja como apuntador de teatro. Escribe sus primeras cantilenas que musicalizan sus primos Joaquín Manuel y Jaime Roche Ventimilla; las cantan en carpas de revistas. También Licho Buenfil y Benigno Lara Fóster musicalizan sus versos. Al retornar a Mérida, se integra a la Sociedad Artística Ricardo Palmerín. Colabora con Miguel Civeira Taboada enviándole valiosos datos para la elaboración del libro Sensibilidad yucateca en la canción romántica. Con el respaldo de la Palmerín, produce en junio de 1967 el elepé Canciones yucatecas de hoy para mañana, con la participación del dueto Los Mayas y el dúo de manolo López y Cacho Medina, en el que se incluyen siete canciones con letras suyas: Muñequita blonda, Ceyele y Bendiciones, musicalizadas por Manuel López Barbeito; Aquel beso y Novia Blanca, por Miguel Ángel Castillo; Nueva aurora, por Nazario Herrera, y Yo tuve una novia linda, por Jaime Roche Ventimilla y Emilio Cisneros. Ésta última, fue finalista en el Concurso de la Canción Yucateca de 1965. López Barbeito musicaliza el bolero El flamboyán, grabado por Las Rosas Meridanas, y el bolero-son Costeña, grabado por Los Aragón y recientemente por la Rondalla Universitaria de Yucatán. Manuel Burgos Vallina pone música a Nuestro querer. Es autor de las letras de En el imperio azul, Novia blanca, El rizo, Gotitas de miel, Soledad, Cuando pases junto a mí, Sabrosona y retrechera y Quisiera pegarme a ti, musicalizadas por diversos compositores. 1]

VOLVERÉ AL TERRUÑO…

Dejaré las alturas de este valle ideal,
sentiré nuevamente la inquietud del viajero
y bajando las cumbres de mi tierra natal.
En mi roído bordón de peregrino
llevaré con mis penas mi tristeza habitual,
y en mínimo bagaje, con polvo del camino,
mi sueño terco y loco y mi eterno ideal.
Hijo pródigo que vuelve con el ánima rota,
habrán de ser los míos todo amor y bondad,
restañarán la sangre que mi herida borbota
con sus besos filiales de ternura y piedad.
Tendrán que conmoverme, ¡oh emoción del regreso!,
los brazos de mi madre tendidos hacia mí,
y habré de acariciarla con un profundo beso,
resumen de los tantos que ausente no le di.
Con ágape fraterno me acogerá mi gente
en la vieja casona de entrañable presencia,
y si el viejo pregunta el por qué de mi ausencia,
habré de responderle diciendo simplemente:
--Tuve sed andariega, me atrajo la distancia
y fui tras la esperanza que en vano perseguí;
el mar era inquietante, la vida una fragancia
y el alma mil quimeras que entonces concebí.
--Mi tienda de bohemio le planté con mis sueños
en la gran capital que guardan dos volcanes,
y enfrentéme a la vida blandiendo mis ensueños,
mis azules quimeras y mis vanos afanes;
la vida me hizo trizas muchos caros ideales
e igual que a Sancho Panza me manteó sin piedad,
mas no cegó de sus sueños mis claros manantiales
ni manchó con su vaho mi prístina verdad.
Con ansia contenida por los lazos filiales
volaré cual saeta a mi vieja Izamal,
a ver a mi adorada de manitas liliales,
de mirada de almíbar y rostro angelical.
La que en mis largas noches de nostalgia y desvelo,
su divino recuerdo es bálsamo a mi pena
como samaritana que brinda el agua buena
tal una venturanza mandada por el cielo.
Y en el pueblo nativo, con un amor inmenso,
se unirán nuestras vidas, tendremos un hogar
hasta que aquellas vidas, como el sol en descenso,
en un mismo horizonte se lleguen a apagar.

EL FLAMBOYÁN / AUSENCIA

Bolero, 1964
Letra de Conrado Roche Canto
Música de Manuel López Barbeito

Entre las vivas llamas de flores
del rojo incendio de un flamboyán,
un ave llora trinos de amores
por su adorada, con triste afán.

Igual que el ave, dulce bien mío,
entre la hoguera de mi pasión,
llora tu ausencia yerto de frío,
cantando triste, mi corazón.

Mientras la tarde policromada
muere en un cielo de oro turquí,
el ave en vano llama a su amada,
también yo en vano te llamo a ti.

Reseña

Roche Canto nos describe la Mérida romántica de su tiempo, en cada una de sus obras deja impreso su espíritu soñador evocando siempre la admiración y los dorados recuerdos de su tierra natal, plasmando su rendición hacia la belleza femenina y el brillo del amor sencillo pero lleno de pasión.
Sus canciones son imágenes fieles de la tradición yucateca así como odas a la soledad que en algún momento acarició Roche Canto y algunas letras floridas que denotan su carácter alegre y zalamero que enriquece sobremanera la poética yucatanense.
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1] Diccionario de Escritores Yucatecos. Peniche Barrera Roldán y Gómez Chacón Gaspar. Segunda Edición CEPSA, 2003.